Debido a que los flancos son blandos, la cima de las llantas radiales se adhiere a la carretera con el contacto. Su huella es más corta y más ancha que la de una llanta diagonal, y ofrece un mayor agarre al inclinarse en las curvas pronunciadas. La presión del aire al entrar en contacto con la superficie de la llanta tiene una mejor distribución en las llantas radiales, lo que significa un desgaste más uniforme de la banda de rodadura.
Las llantas radiales también ofrecen una mayor comodidad a altas velocidades, también gracias a que los flancos son más blandos y amortiguan los impactos de los defectos de la carretera. Por su parte, las llantas diagonales pueden soportar un mayor peso porque sus flancos son más rígidos. Las llantas diagonales pueden deformarse a altas velocidades hasta el punto de afectar su desempeño. Por último, las llantas diagonales son adecuadas para vehículos que se desplazan a velocidades moderadas, de motores de cilindraje bajo y mediano, y con chasis flexible. También son adecuadas en motos pesadas o que van muy cargadas. Las llantas radiales se necesitan en vehículos más potentes con chasis muy rígido y en usos más deportivos. Permiten alcanzar velocidades ZR superiores a 240 km/h.
